Perra de nadie, Cía. Marta Carrasco

Hace veinte años que los alquimistas habitan el mundo singular. Aquí y ahora Lili está sola, como lo estaba hace veinte años en otros lugares como Violeta (Aiguardent) y Claudel (Blanc d’Ombra). Lili es una perra, porque perra se nace, no se hace. Es perra de nadie. Y es que tan sólo quien es nadie y de nadie puede llegar hasta el fondo de su intimidad. Allí, en lo más profundo de cada uno de nosotros, en ese submundo de desprotección, de la locura, de la ternura y de la pura fragilidad habitan Lili y sus vigilantes de la noche. Las perras de nadie, dormidas y latentes, están en nuestro mundo, de donde brotan sus entrañables inmensidades.