Aleluya erótica

Otro nombre de reconocido prestigio, José Valencia, según muchos expertos la voz más privilegiada en el ámbito flamenco, encarna a Don Perlimplín. Sus características físicas, su físico y su gracejo le permiten combinar la enorme calidad de su voz con la composición de dicho personaje.

La música corre a cargo de Dani de Morón, guitarrista de primera fila y compositor flamenco que toma parte en el espectáculo como uno de los personajes de la obra.

Don Perlimplín, un hombre anciano que no conocía el amor, se casa con Belisa, una mujer joven y apasionada que no está enamorada de él y que ve mediante este matrimonio una forma de conseguir posición, bienestar y dinero. La trama conforma una tierna pero desgarrada tragicomedia, donde las emociones y sentimientos de sus personajes van transformándose. Don Perlimplín descubre el deseo y se enamora de los encantos de Belisa, la cual a su vez se enamora de un hombre imaginario que le escribe y la sumerge en un mundo de ternura y sensaciones que ella desconocía.

En una entrevista radiofónica en 1935, Lorca contestaba a la pregunta de cuál era la obra que más le gustaba de todas las que había escrito: “Es una obra pequeña que por su lirismo verdadero ninguna compañía profesional se atreve a estrenar. Se llama “Los amores de don Perlimplín…”. Con el tiempo se ha llevado a escena en numerosas ocasiones, pero nunca en el ámbito de la danza. El texto posee una fuerte carga onírica, que permite que la danza y la música se proyecten y asuman todo el peso del montaje.